martes, 15 de julio de 2008

Hacia una comprensión de la Arquitectura y la Creatividad con responsabilidad ciudadana






Arquitectura y creatividad                                           Universidad de Costa Rica, junio 2008

La arquitectura es la responsable de edificar ciudades funcionales y sanas que permitan a los ciudadanos funcionar adecuadamente en el hogar, en el trabajo y en el disfrute del tiempo libre. El espacio arquitectónico esta compuesto por rincones enlazados como una cadena de sensaciones dentro de una geometría habitable. La conciencia de estar en paz en un rincón es un refugio que nos asegura la paz como primer valor del ser dentro de una inmovilidad confortable emocionalmente. La casa es nuestro primer abrigo protector en el mundo, compuesto de rincones llenos de sueños y esperanzas en los escritos de los poetas. Nunca dudemos en crear, en diseñar rincones amables para refugiarse.

La arquitectura es la responsable de dar a los seres vivos soluciones adecuadas a sus necesidades físicas de protección del medio ambiente, de brindar paz y balance, tanto emocional como espiritual. Para crear espacios habitables debemos aprender a escuchar y respetar a los humanos y al planeta en constante cambio que nos rodea. Los arquitectos son los cirujanos, los escultores del espacio que debe ser saludable y estabilizador.
Debemos comprender el medio ambiente y la LUZ que hace posible la evolución de la humanidad . El espacio, la luz o la energía luminosa y la vida son las herramientas básicas de la arquitectura. La luz es la responsable proceso de fotosíntesis, del ciclo de lluvia. La luz estimula la retina y hace posible la visión y la percepción de la forma y el volumen, es la energía responsable de los procesos biológicos en los seres vivos, la energía solar es la que regula nuestro reloj biológico. En resumen, la luz es la que hace posible que estemos aquí con vida y que existan los espacios habitables, o sea , LA ARQUITECTURA.
 
La luz es igual de importante que el agua, es un enorme placer, es la que define el color, la que crea los contrastes produciendo sombras que perfilan las profundidades y las texturas. El arte de la edilicia es una ciencia y el pensamiento es energía, es la luz que activa nuestros cuerpos con una capacidad mental y espiritual aún poco desarrollada.

Las casas, desde su inicio, han sido creadas a imagen similar al cuerpo humano como un refugio, un nido que se prometen los enamorados . Estructuras habitables que la humanidad ha reproducido a su semejanza inspirándose inconscientemente en su propia estructura corporal. Si nos detenemos a  observar, encontraremos que una morada siempre delata una expresión como un rostro que refleja su mundo interior. 
Una vivienda o edificio- tiene una boca que es su puerta controlable de acceso y también sensualmente de penetración; ojos que permiten el acceso de luz;  cejas y  pestañas interpretados en aleros o tapasoles que evitan, no el sudor de la frente, pero si que la lluvia no penetre o que la luz se controle. Las ventanas se abren para permitir la respiración del espacio interno y la comunicación con los sonidos de la naturaleza., hoy día buscamos aislar ese espacio interno del ruido nocivo de nuestras ciudades ruidosas.
El sentido del gusto lo damos con las texturas, colores, luces y sombras, todo ello inspirando sabores en la mente humana. Hay espacios amargos, dulces o salados y todas son sensaciones interpretadas por cada individuo pues van ligadas a experiencias personales. Los olores del medio ambiente, de las pinturas, de los pegamentos o los materiales tendemos a relacionarlos con sabores de comida, pues realmente dependemos de un alimento para sobrevivir y la mente relaciona esta dependencia.

Las moradas desarrollan el sentido táctil pues les damos una piel que las protege y que absorbe las vibraciones de la vivencia humana que le da la vida y alimenta su actividad. Ejemplo es que una casa no habitada comienza a morir , a deteriorarse con un envejecimiento prematuro inexplicable. Debemos tener presente que los humanos transmitimos energía a los espacios que habitamos, tenemos un contacto sensual a todo nivel con los pisos, los muros , las ventanas y puertas. Si logramos crear un espacio estimulante podemos promover una interacción muy sensual entre espacio y usuario, y provocar emociones muy profundas.

Al diseñar debemos tener presente que los espacios creados por nosotros arquitectos serán como una esponja que absorbe y guarda el testimonio auténtico de largas aventuras vividas entre muros en lucha por encontrar una razón lógica a la existencia.
Espacios que pueden ayudar a la salud y estabilidad emocional del usuario, o confundirlo, alterarlo y enfermarlo.

Los edificios no son solo materiales diversos ensamblados por variados sistemas constructivos para satisfacer nuestras necesidades físicas, deben ser espacios humanos. 

El Taller ENERGÍA ESPACIO busca colaborar hacia un retorno de la humanización de un espacio habitable VIVO-SALUDABLE Y ARMÓNICO, teniendo como foco central un individuo que aprende a vivir intensamente más allá de lo material. Un habitante responsable que se comunica, que sufre o rie abiertamente, que aprende a PROTEGER y A LA VEZ DISFRUTAR de un planeta- su cuna y su CASA GRANDE- al que cuida, defiende y ama intensamente. Hacia una arquitectura responsable con su entorno y su usuario.

TALLER ESPACIO-ENERGÍA- Guías: Arq. Rolando Barahona-Sotela , Arq. Alejandra Brenes